El emprendimiento es del barrio

Me tiene harto este mundo lleno frases impuestas por la visión empresarial. Más cuando escucho que el emprendimiento es una cosa de seres que se visten de traje y corbata de diseñador y que van de aquí para allá en helicóptero y jet privado.

Toda mi diatriba la esbozo porque esta mañana cuando partía hacia el trabajo en Transporte Público, porque no tengo de otra, vi que en la cuchilla que hay justo a 500 metros de mi casa, un sujeto con gorra y playera sin mangas se autoempleaba como agente de tránsito en ese mar de automóviles y cobraba unos pesitos por dejar pasar a uno y luego dejar pasar a otro.

Esa es la actitud, eso es emprendimiento, diría un asiduo lector de libros como El Monje que vendió su Ferrari; pero yo creo que esa es la actitud de barrio.

"´Ingue a su mare", dicen los compas, "vamos a sacarnos unas monedas por la dere´", "por la humilde", "por la limpia". Ahí donde ven una carencia encuentran una oportunidad. Dicho esto, creo que el emprendimiento no es cosa de empresarios.

Pero ya de regreso a casa, como si algo me dijera que lo que pensé en la mañana me tenía que quedar más claro, me percate que un sujeto cruzaba el Periférico en bicicleta importándole un comino si los carros transitaban en alta velocidad. Le pitaron como locos sí, pero el hombre ya había logrado la hazaña.

Una especialista en seguridad vial, quizá diga que eso es irresponsabilidad, y es cierto, pero la actitud es lo importante, es lo que me cautivó. Quizá bien enfocada traería logros para esta sociedad.

Ya al otro día, por la tarde, dos jóvenes subieron a vender paletas y uno de ellos dijo: "Nosotros no venimos con el choro, de que acabamos de salir del Reclu, ni que te vamos a quitar tus cositas que con tanto trabajo ganas. Por eso venimos ofreciendo este caramelo enchilado (...) porque queremos ganarnos las monedas por la dere´".

Muchos le dieron un "cambiesito", no por el discurso sino porque los dulces que ofrecían si se antojaban. Y me pregunté después, que esos chavos no deberían estar en la escuela o practicando algún deporte o lo que se les pegue la gana.

Ya sé que unos dirán: es que les gusta el dinero fácil. Y quizá sí, pero tiene mucho que ver que nadie les ha enseñado que hay otras formas de ganarse el pan. A lo que voy, y entro en tema, porque ya divagué, es que esa mierda que esgrime la visión empresarial de que al poner un changarrito tienes la oportunidad de alcanzar la fortuna simplemente es una mentira.

Porque en esta sociedad, se necesitan de palancas y de estar conectados con los de arriba. A Slim le funcionó mucho ser amigo de Salinas de Gortari para adquirir Teléfonos Mexicanos. Y velo ahora, se cree dueño del mundo.

Si bien la tenacidad es virtud, se necesitan condiciones materiales que hagan posibles esos sueños y mientras la inmensa mayoría de la juventud no tenga oportunidades laborales, educativas y recreativas, el país seguirá igual, sin ilusión.

Los empresarios pueden creer lo que quieran, al fin y al cabo ellos, por el momento, son los vencedores e imponen su manera de ver el mundo. Pero, hasta ahora, mientras que las condiciones de lucha no se creen, el aguante y el corazón son del barrio, del pueblo. ¡Ah, y también el emprendimiento es de aquellos que se hagan sus monedas por la dere', por la humilde, por la buena!