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Cuando se perdona lo imperdonable


¿Qué significó el apartheid para los sudafricanos? Enfrentamientos, segregacionismo, sangre, cárcel, tortura, terrorismo, en resumen: muerte; ya sea de un familiar, de uno mismo, del orgullo, de la dignidad, de la libertad (como le pasó a Mandela). Pero la pregunta no debería ser qué significó, sino qué permitió construir en Sudáfrica la lucha de muchos activistas negros contra ese régimen de muerte.

A poco más de un año de la muerte de Mandela, leí que Eugene de Kock sería liberado después de pasar solamente 20 años en prisión. La primera pregunta que le puede surgir al lector es ¿quién es Eugene De Kock?

Él es un comandante conocido como mal supremo entre los activistas sudafricanos y en el Congreso Nacional Africano. Fue el líder de uno de los escuadrones de la muerte más temido del apartheid, los que actuaban al margen de la ley deteniendo, torturando y asesinando a los opositores más importantes durante la lucha contra dicho proceso. El escuadrón que encabezaba era nombrado C1 y, en octubre de 1996, fue condenado a 212 años de cárcel y dos cadenas perpetuas por 89 casos de torturas y 6 asesinatos, sin embargo recibió el perdón por la mayoría de los casos debido a que ayudó a identificar los cuerpos de sus víctimas y ofreció algunas disculpas.[1]

De Kock dio su testimonio al Comité de la Verdad y la Reconciliación muchos familiares de sus víctimas salieron impresionados pues Eugene no mostraba arrepentimiento alguno cuando hablaba de sus crímenes.

Cuando De Kock buscó el perdón en 2007 no lo obtuvo y debió seguir su condena, sin embargo declaró que había más gente que debía pagar por sus crímenes, pues a pesar de que no estaban directamente relacionados con su escuadrón de la muerte, aprobaban y sabían qué hacían él y sus compañeros. Específicamente, en octubre de 2007 aseguró que el ex presidente FW de Klerk, el último presidente del apartheid, tenía las manos manchadas de sangre; a pesar de que éste recibió el Nobel de la paz con Mandela.[2]

Ese año quien más peleó para que De Kock no obtuviera el perdón fue la familia Mlangeni relacionados con el activista del Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés), Bheki Mlangeni, la familia recibió una carta donde De Kock se disculpaba, su respuesta fue que el “mal supremo” debía podrirse en la cárcel.[3] Realmente la carta sirvió sólo para abrir viejas heridas, y la familia sintió que estaba siendo utilizada por De Kock para salir de la cárcel.

En la carta a los familiares De Kock aseguraba que vivir con las consecuencias de sus actos y no recibir el perdón era peor que su propia muerte.[4] Parece ser que el antiguo torturador exige el perdón. Suficiente castigo era para el asesino estar en la cárcel como para además convivir con sus fantasmas.

De Kock debe pudrirse en la cárcel, el gobierno de Sudáfrica no debió siquiera considerarlo para darle amnistía. “Mal supremo” asesinó a padres, a hermanos a hijos, él está en la cárcel pero su familia puede visitarlo. De Kock hirió profundamente a varias familias sudafricanas; éstas deberían contar con más consideración por parte del gobierno.

El gobierno sudafricano concedió la libertad condicional a De Kock, sin embargo, se han negado a hacer pública la fecha de su liberación debido a que temen por la seguridad del verdugo. Para Michael Masutha, ministro de justicia de Sudáfrica, la liberación responde a las continuas declaraciones de arrepentimiento del reo, y al proyecto de reconciliación nacional con el que soñó el difunto Nelson Mandela.[5]

¿Qué hará De Kock libre? El gobierno se niega a dar información de su liberación por miedo a las represalias que puedan tomar las familias. Pero la libertad condicional implica que no puede salir de Sudáfrica, por lo que en algún momento puede ser blanco de represalias por aquellos que no están de acuerdo con la decisión del gobierno. Si De Kock ve la necesidad de quedarse el mayor tiempo posible en su casa, y realmente se ha arrepentido ¿será capaz de convivir con sus demonios?

Actualmente el conocido general “mal supremo” cuenta con 66 años de edad pero en la década de los ochentas y noventas dirigió una estructura paramilitar de nombre C1, la unidad de contrainsurgencia de la policia segregacionista; De Kock formó asesinos de élite que buscaban liquidar a los opositores y activistas más radicales.

Su cuartel general se encontraba en la granja de Vlakplaas a unos 24 kilómetros de Pretoria, la capital de la Sudáfrica del apartheid. Ahí se torturaba, asesinaba y se incineraba a los fallecidos, ya fueran ejecutados o que no hubieran resistido la tortura. Estando la granja a tan poca distancia de la capital no hay duda de que las declaraciones de De Kock acerca de que las autoridades sabían lo que pasaba en dicho lugar eran ciertas.

Durante la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que se instauró después del apartheid, De Kock confesó más de cien asesinatos, y debido a su cooperación se le exoneró de todos aquellos que tuvieron un motivo político (alrededor de 86). Sus víctimas lo describieron como un psicópata sin remordimientos que gozaba involucrándose en el asesinato y tortura de sus víctimas.

Para muchos, Eugene de Kock fue uno de los hombres que cometió más atrocidades en su intento de defender a la minoría blanca en Sudáfrica. Aunque varias familias han aceptado darle el perdón, muchas otras aseguran que gente como De Kock no debería tener consideración del gobierno. El antiguo general se encuentra en una cárcel de máxima seguridad en Pretoria y no se hará pública la fecha de su liberación por cuestiones de seguridad.

¿En qué está pensando el gobierno de Sudáfrica al dejar libre a un asesino en sus calles? ¿Realmente creen que este verdugo está arrepentido? Muchas de las familias de sus víctimas aseguran que están siendo utilizadas como un trámite para que De Kock consiga la libertad.

El verdadero proyecto de Mandela nunca terminó de consolidarse en Sudáfrica, el gobierno asesina mineros en huelga, reprime a trabajadores a los que no se les paga y deja libre a los asesinos de quienes lucharon por la igualdad. Sudáfrica cayó en una simulación de democracia que perdona a los asesinos de aquellos que lucharon por la igualdad ¿Qué diría Mandela?

Para concluir, no queda claro que hace el gobierno de Sudáfrica perdonando lo imperdonable; dejando a uno de sus verdugos en la calle. La igualdad debe perseguirse también en la justicia y la reconciliación debe venir después de que el asesino cumpla un castigo, no después de que escriba una carta.

[1] “Derby-Lewis not paroled, Eugene de Cock now a free man” en eNCA.com, en línea: http://www.enca.com/south-africa/derby-lewis-parole Consultado el 12 de febrero de 2015.

[2] Ibidem.

[3] Isaac Mahlangu y Sashni Pather, “De Kock must rot in jail”, en http://www.timeslive.co.za/local/2012/01/29/de-kock-must-rot-in-jail, Consultado el 7 de febrero de 2015.

[4] Ibidem.

[5] Gemma Parellada, “Libertad condicional para De Kock, uno de los verdugos del apartheid”, en http://internacional.elpais.com/internacional/2015/01/30/actualidad/1422615460_966515.html Consultado el 16 de febrero de 2015.


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